La ecología, el medioambiente, el reciclaje y la concienciación por nuestro entorno se han puesto de moda en las últimas décadas, tarde para mi gusto, ya que debía ser una cosa que el Hombre debería llevar impresa en su condición desde que nace, pero no parece ser así. Ahora ser verde está a la orden del día y todo los ciudadanos, las empresas y los gobiernos adquieren un plus extra por el hecho de convertirse en amigos de la Naturaleza.
Cada uno a su forma, ayudamos a generar menos basura, limpiar nuestros océanos de desechos plásticos y, poco a poco, parece ser que, tras destrozar paraísos naturales y ensuciar nuestras aguas, los máximos responsables de estas acciones están dando marcha atrás con nuevas políticas más limpias y responsables con el maravilloso mundo que nos rodea y el cual SI que nos respeta. El ciudadano de pie no se ha quedado rezagado de estas acciones y aprendemos a separar basura, reutilizar los que antes tirábamos y a generar una corriente «limpia» que, al fin de al cabo, es en beneficio de nosotros mismos.
Los artistas han querido plasmar esta nueva era en sus obras y encontramos maravillosas muestras hechas plenamente con basura reciclada; parecen increíble los resultados. Hoy he querido aportar mi granito de arena a estos artesanos del rehuso, mostrando sus trabajos y dedicándole mi post del jueves. La verdad es que no tienen nada que envidiar a los trabajos manufacturados con otro tipo de materiales, incluso tienen un valor añadido por convertir «la mierda», hablando en plata, en fantásticas muestras de gran valor artístico. Vamos a ello pues sin más dilaciones.