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La venida de un bebé siempre es un momento que toda madre quiere guardar para la eternidad. Es un tiempo glorioso, un milagro de la naturaleza y 9 meses que solo las mujeres pueden sentir dentro de su ser. Es muy común que la futura mamá pida unas fotografías para rememorar ese casi año que parece que nunca termina, esas vomitonas que le descomponen el cuerpo y esa incertidumbre que solo será pasado al caducar el tiempo de espera oportuno.

A pesar del mal rato que sufren muchas, finalmente, la mente, solo retiene los buenos momentos. Atrás quedaron los sufrimientos derivados del trastorno hormonal, los días de poco sueño por el tamaño desmesurado de la barriguita y el humor de perros que expulsa hacia atrás a cualquiera que se le acerca.

Hacer estas fotografías no fue nada fácil, nada de nada: quedaban dos semanas cortitas para la llegada de Noah, el sitio escogido no era del todo de fácil acceso y Lola se sentía, a estas alturas del embarazo, muy pesada para moverse en el entorno del Río Chillar, Nerja, donde las piedras taladraban sus pies a cada paso; El calor era otro handicap y no hay que olvidar que no todas las barrigas son de tal tamaño. Fue un día encantador, aunque no se si la fotografiada podrá decir lo mismo. El Río Chillar, para quien no lo conozca, en un entorno natural, entre montañas, por donde discurre el cauce del río y que puedes seguir en todo su recorrido hasta llegar a diferentes cascadas; en el caminar hay diferentes pozas de agua fresca, limpia, Naturaleza salvaje y es una excursión que, para los domingueros, es un paréntesis en los calurosos días del verano mediterráneo. Si no lo conoces y tienes la suerte de escaparte a la Costa Del Sol este verano, olvídate de las multitudinarias playas  que abundan la provincia y escoge este sendero acuoso un día es, simplemente, mágico. Yo, personalmente, nunca he llegado hasta el nacimiento del río y ni siquiera se si es posible ya que, conforme asciendes, la ruta se hace más escarpada, la fuerza del agua aumenta considerablemente y lo que antes era un senderito fresco se convierte en riadas de agua que, en ocasiones, pueden tirarte en pos de la corriente.

Volviendo al tema de las fotografías, y después de este paréntesis turístico,  es razonable comentar que no andamos la caminata en ninguno de los casos, nos quedamos donde el río muere y solo subimos lo pertinente, o sea, lo suficiente para poder tener el agua como nuestra aliada en la composición y sin llegar a ser un sufrimiento para la fotografiada, (aunque aquí creo que si preguntamos a nuestra modelo disentirá en mi opinión, ya que a ella le costó la misma vida ponernos simplemente a esa altura, jejej)

Muchas mujeres querrán ser madres, y muchos padres estarán deseosos de tener a su retoño entre los brazos. A mi, viendo estas fotos, y recordando este día, me están entrando unas ganas locas del ir al Río Chillar y pegarme unos baños que no veas. Además en la provincia de Málaga ya hace una temperatura que anima a estas pequeñas escapadas, donde desconectar del trabajo completamente y en donde lo que menos importa en esos momentos es el despertador que sonará la mañana siguiente a las 8 de la mañana.

¿Conoces a una futura mamá que le interese una sesión de fotografías para rememorar toda su vida? Que contacten conmigo. Estaré encantado en proponerles sitios, tengo una buena selección de entornos que nos pueden venir geniales para inmortalizar su maternidad. Anímate o anímalas.